El envejecimiento es un proceso natural, gradual, continuo e irreversible; con cambios en el nivel biológico, psicológico y social a través del tiempo y determinado por la historia, la cultura y las condiciones socioeconómicas de cada persona.

En México con los avances de la ciencia, de acuerdo al Consejo Nacional de Población, actualmente la esperanza de vida al nacer es de 75.1 años en promedio, para el 2030 se estima que sea de 76.7 años, por lo que en las mujeres será de 79.6 y de los hombres de 73.8 años, ya que la edad de las mujeres es superior a la de los hombres casi por 6 años.

La OMS considera adulto mayor a la persona de 60 años y más, se refiere a la etapa que suma todas las experiencias de la vida y pasa por la mayoría de las metas familiares, profesionales y sociales. Pero también marca el inicio de una etapa donde las personas presentan condiciones de vulnerabilidad física, social y económica.

En nuestro país hay más de 12 millones de adultos mayores, uno de cada 5 es dependiente para sus actividades básicas como bañarse, vestirse, comer. Nuestra población cada vez tendrá menos niños menores de 5 años y más mayores de 60, lo que indica que el fenómeno del envejecimiento seguirá en crecimiento. Por lo que existe una amenaza a la salud y autonomía de los ancianos provocando discapacidad.

La discapacidad en los adultos mayores tiene como consecuencia mayor acumulación de riesgos que interfieren en su calidad de vida como: enfermedades, lesiones y padecimientos crónicos, limitaciones para acceder a los servicios educativos y al mercado laboral con mayor probabilidad de empobrecimiento que las personas sin ella. Dependiendo de la severidad de la discapacidad se puede requerir la presencia de un cuidador, con la consecuente alteración de las actividades habituales de los miembros de la familia. Adicionalmente, los hogares con personas con discapacidad gastan más en servicios de atención de la salud que los hogares sin ellos.

La calidad de vida en la vejez significa tener paz y tranquilidad, ser cuidado y protegido por la familia con dignidad, amor, respeto, y tener satisfechas como ser social sus necesidades de libre expresión, decisión, comunicación e información.

Los cuidados que requieren son variables en función del grado de dependencia que presentan (vestirse, ir al baño, bañarse, alimentarse, desplazarse en distancias cortas, manejar el dinero, ir de compras, preparar una comida o tomar medicamentos).

Problemas de salud frecuentes y cuidados básicos.

Es muy común que sufran de osteoporosis, diabetes, hipertensión, desnutrición, disminución de la masa muscular, cáncer, enfermedades cardiovasculares, cuadros infecciosos de las vías respiratorias, urinarias y del tracto digestivo, así como síndromes de inmovilidad, demencia y depresión.

El sentido del tacto, gusto y olfato se vuelven menos sensibles. La calidad de la visión disminuye, ya que menos luz llega a la retina, el ojo generalmente toma un color amarillo, además de cataratas. Los reflejos y la reacción al tiempo se ven lentos. El individuo cada vez se siente menos capaz de dominar su ambiente, se vuelve muy defensivo y lentamente empieza a aislarse.

Algunos de los cuidados básicos que deben considerarse para los adultos mayores son los siguientes:
• Higiene Corporal: Baño diario y cuidados de la piel. La piel del adulto mayor se vuelve cada vez más frágil, más seca y menos elástica, por eso se recomienda utilizar cremas de hidratación.
• Alimentación: Es importante que los adultos mayores tengan una dieta equilibrada que les permita desarrollar sus actividades diarias y mantener un estado de salud satisfactorio, consumir frutas, verduras para evitar el estreñimiento.
• Evitar las caídas: La tercera edad está expuesta a distintos riesgos, ya que ellos tienden a perder el equilibro, tienen mayor dificultad para movilizarse. Es importante adaptar el hogar (barandales para sostenerse en escaleras, baños, evitar tapetes o bien sujetarlos para evitar tropiezos, colocar apagadores de luz cercanos a su cama, usar bastón o andadera si es necesario etc.).
• El sueño: Tener una rutina de acuerdo a las actividades físicas que se realicen para poder dormir y no padecer insomnio.
• Ejercicio físico: Contribuye a disminuir los efectos del envejecimiento y proporcionar beneficios en diferentes funciones. Ayuda a mejorar la circulación y respiración que beneficia a todo el organismo como la disminución de la tensión arterial; la prevención de la arteriosclerosis, la hiperlipidemia y la osteoporosis; la ayuda en el control de la diabetes; así como la mejoría en la flexibilidad, el equilibrio y la movilidad articular.

Entre los beneficios percibidos por adultos mayores se han encontrado el propio hecho de sentirse bien, abandono o disminución del consumo de medicamentos y el mejoramiento de los síntomas, mejor conciliación del sueño, aumento de seguridad ante caídas, una mayor distracción y la ampliación de relaciones interpersonales.

Desde hace varios años se han venido implementando acciones para evitar dañar la dignidad, integridad o libertad de las personas adultas mayores, se crearon escuelas para hijos, instancias privadas y de gobierno como el Instituto Nacional de Geriatría (INGER), Instituto Nacional de las personas adultas mayores (INAPAM), Centro Nacional de programas preventivos y control de las enfermedades de la S.S. IMSS, ISSSTE, DIF, se creó la Especialidad de GerontoGeriatría (estudio del envejecimiento y sus implicaciones, así como atención de enfermedades propias del adulto mayor).

También se incluye en la Ley de derechos de las personas adultas mayores recientemente actualizada y publicada en el diario oficial en enero del 2020, con el propósito de realizar acciones para lograr su autonomía y autorrealización; así como para que puedan participar en todos los ámbitos de la vida pública y que tengan un trato justo y proporcional para lograr su bienestar.

Entre los derechos que se contemplan destacan la integridad, dignidad y preferencia para que vivan una vida libre de violencia, sin discriminación, con pleno respeto a su integridad física, psicoemocional y sexual; la protección contra toda forma de explotación y a vivir en entornos seguros dignos y decorosos; el derecho a la salud, alimentación, trabajo, asistencia social. Por tal motivo se sanciona cualquier caso de maltrato, lesiones, abuso físico o psíquico, sexual, abandono, descuido o negligencia, explotación, y en general cualquier acto que perjudique a las personas adultas mayores.

La promoción y protección de los derechos humanos de los mayores debe ser una preocupación para todos, porque el envejecimiento es un proceso universal en la medida que la esperanza de vida aumenta y la salud mejora, las personas permanecen funcionales y activas durante más tiempo que nunca, tanto en el campo profesional como en la comunidad. El alentar y apoyar a los mayores para mantenerse activos durante el máximo tiempo posible tendrá beneficios para la sociedad en su conjunto.