Los microorganismos han sido los protagonistas de la situación sanitaria en todo el mundo durante mucho tiempo al ser responsables de las enfermedades infecciosas que se difunden a amplios sectores de la población como infecciones comunitarias, epidemias o inclusive pandemias.

En la actualidad los antibióticos son la tercera clase de medicamentos más vendidos a nivel mundial. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que, sin acciones proactivas coordinadas entre todos los países, para el año 2050 habrá más muertes por resistencia antimicrobiana que por cáncer, esto debido a que podría causar que muchas enfermedades infecciosas actualmente controlables y fácilmente curables se vuelvan intratables, como la gonorrea, la neumonía, amigdalitis, infecciones de las vías urinarias, entre otras.

Por tal motivo es muy importante hablar de los antibióticos: son fármacos que se utilizan para tratar las infecciones bacterianas, acaban con los microorganismos o detienen su reproducción, facilitando su eliminación por parte de las defensas naturales del organismo.

La tercera semana de noviembre, del 18 al 24 de noviembre de 2020 fue proclamada por la OMS desde el año 2015, “Semana de concienciación sobre el uso de anticrobianos”, con el propósito de sensibilizar a la población general, prestadores de servicios de salud y tomadores de decisiones sobre la importancia de promover el uso responsable de los antibióticos y, con ello, proteger la salud de la población ahora y en los años venideros.

Cada antibiótico es eficaz solo frente a determinadas bacterias en el proceso de selección del antibiótico para el tratamiento de una infección, el médico debe determinar cuál es la bacteria responsable del proceso. Por ejemplo, algunas infecciones solo pueden estar producidas por ciertos tipos de bacterias. Algunas veces se prevé que un determinado antibiótico será eficaz frente a la totalidad de bacterias que, con mayor probabilidad, son las causantes de la infección, de manera que no es necesario realizar más pruebas.

Al tomar un antibiótico se requiere que muy cerca de un 100 % de los organismos infectantes sean erradicados para prevenir la aparición de una resistencia microbiana. Se deben tomar en caso de infecciones bacterianas, no para las de origen viral, como el resfriado o la gripe.

Se recomienda previamente al uso de antibióticos, practicar al paciente un cultivo con antibiograma, para saber qué tipo de bacteria tiene y seleccionar el antibiótico ideal para combatirla.

Control en farmacias.

En la década de los 90´s en las farmacias se demostró que los antibióticos eran los medicamentos más vendidos con y sin prescripción médica, en particular para tratar IRAS (infecciones diarreicas agudas) y EDAS (enfermedades diarreicas agudas). El estudio concluyó que cerca de 90% de las compras de antibióticos para EDAS, eran sin prescripción, inadecuadas respecto al tipo, dosis y duración del tratamiento. Dado que en México no se requiere de un profesional de la salud de tiempo completo en las farmacias, la mayoría de los medicamentos son dispensados por empleados poco capacitados.

Dentro de la normatividad se estipula que cualquier establecimiento que venda o dispensa antibióticos deben de:
 Presentar la Receta Médica, la cual debe incluir:
Los datos del médico que prescribe la receta, nombre, número de cédula profesional y domicilio.
Los datos de paciente, fecha de emisión, denominación del antibiótico, dosis, duración del tratamiento, firma autógrafa del médico.
Al momento de agotarse la cantidad de antibiótico prescrito, se retiene la receta por el establecimiento.
En caso de haber retenido la receta, esta cuenta con un número consecutivo asignado y se registra.
La receta y el registro se conservan durante 365 días naturales.
Las recetas se surten únicamente dentro del tiempo de duración del tratamiento indicado por el médico.

Recomendaciones a seguir para el uso adecuado de antibióticos.

La responsabilidad frente a este problema incluye tanto a médicos prescriptores como a pacientes. Los profesionales sanitarios deben poner en marcha medidas eficaces para mejorar el buen uso de los antibióticos. Y respecto al paciente, se aconseja:
Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional de la salud certificado.
No pedir antibióticos si el médico indica que no son necesarios.
Seguir siempre las instrucciones como es indicado (dosis, horario, tomar o aplicarse el tratamiento completo, etc.).
Terminar su tratamiento incluso si se siente mejor. Si deja de tomarlos demasiado pronto, algunas bacterias pueden sobrevivir y volver a infectarle.
No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
No compartir antibióticos con otras personas.
No tomar antibióticos recetados para otra persona: Esto puede retrasar el tratamiento y enfermar aún más o causar efectos secundarios.

En Laboratorios Jayor contamos con una variedad de medicamentos importantes para atender diversas enfermedades, si tienes una farmacia y te interesa conocer nuestros productos descarga nuestro catálogo virtual y solicita los productos de tu interés con tu distribuidor más cercano.